carta a un joven coreografo

 
Cada uno de nosotros lleva dentro de sí una música, una cuerda tensa que, si tocada con los dedos de la libre melo-dia, se vuelve sonido de nuestra arquitectura interior, algo parecido al llanto emocional y sin intención; la música que al salir llena todo pensamiento de nuestra mente frente a la belleza que iba ignorando, incluso nosotros mismos...
escuchar el sonido y bailarlo entonces, con él, a su lado, ignorándolo también pero conscientes de que se comparte un espacio...
 
...escribe a partir de ello y comunícalo,
comunica tu escritura, grafía, trazo, tus símbolos...
tradúcelo para los demás cuerpos,
regálalo a las demás mentes,
y si no te atreves a tanta generosidad,
pues déjalo disponible para que ‘otro’ lo encuentre...
 
De cada movimiento experimenta sus diferentes energías, técnicamente el cambio de energía permite experimentar la naturaleza fisiológica del sentimiento: hay un lugar, en las repeticiones, muy pequeño y justo aquello y no otro, en que algo se corta y lo repetido toma la forma emotiva del gesto, se pasa del exterior al interior, de la acción a la emoción; llevarás a tu invitado a la experiencia de la com-pasión, cuando un momento antes, de tu arte, él era solo un testimonio.
Déjale la posibilidad de escribir su propia obra,
por tu movimiento que es abierto, disponible, generosamente ofrecido.
 
La calidad de la forma cambia y con ella el espacio, el tiempo es infinito.
Aunque el ritmo queda dentro del tiempo, acuérdate de que cada ritmo lleva su propio ritmo interno. El ritmo común es una suma de tiempos. El tiempo no tiene ni principio ni fin.
Puede que poco antes del baile no haya ritmo [...artistico...], se trata de un instante donde, de todos modos, hay tiempo. Un ritmo biográfico que se aleja de su ‘andar’ para tomar pié con su deseado ‘altrove’.
"Entrar" en el tiempo significa "entrar" en el espacio. Poner un ritmo propio al tiempo, significa personalizar el tiempo, identificarlo y oírlo, formalizarlo y llevarlo. [Resulta facil si tenemos siempre presente que no entramos en ninguna parte, ya que somos tiempo y somo espacio].
El movimiento, la danza, el espacio, todo está relacionado al tiempo. Según el tiempo puedo entender la relación entre dos fuerzas diferentes. Dependiendo del tiempo, la comunicación de la misma forma en el espacio cambia.
Dentro de esta base decides que colores y que variaciones ponerle.
El tiempo es una relación de dos fuerzas: cuerpo y brazo, cuerpo y el suelo, cuerpo y el aire, cuerpo y el partner...
las dos fuerzas del bailarín: son el todo y una parte.
El tiempo del proceso creativo: tu, coreógrafo, y el bailarín…
 
Los 60’ que pueda durar una coreografía es el tiempo general, su duración, dentro de la cual hay muchos otros pequeños tiempos.
Una coreografía es la suma de los tiempos.
En el movimiento debe haber continuidad, cuando no la hay el bailarín se ha ido y ha quedado solo la persona [a la busqyeda de la danza perdida]:
se ha perdido.
En el tiempo de un movimiento hay un ritmo y el tiempo que le sigue lo reconocerá.
El primer movimiento debe contruir la causa del siguiente.
Y así puedo seguir hasta el infinito,
 
¿dónde llegarás? pues cuéntamelo, haz una danza.
 
Para improvisar puedo variar el tiempo, pero no el ritmo común, si pierdo este ritmo no habrá improvisación.
Debo vivir las variaciones del tiempo sin perder el ritmo.
Movimientos pequeños que poco a poco se hacen más grandes aprovechándose de los encuentros entre los participantes.
 
Trata con bailarines, y cuando te relaciones con actores, seas valiente y con mucha humildad adéntrate en los conocimientos teatrales, los caminos del actor son distintos a los del bailarín y es necesario saber distinguirlos para valorar correctamente cada arte y su autonomía.
 
El pensamiento, cuando se improvisa en danza, está al servicio del movimiento y de los sentidos (como el tacto y el oído).
El pensamiento no se impone, deja que suceda.
El coreógrafo es autor y guía.
Seas amable y serio.
El amor con autoridad ayuda a la creación.
 
Pasión y amor, forma y disciplina.
 
Trabaja la neutralidad del movimiento y aumenta su naturaleza fluida,
descubrirás y escribirás gracias a su actividad interna.
 
Desarrolla tu mirada, observando lo que hay,
y lo que hay es mucho más de tu imaginación.
Reacciona a lo que ves, entenderás la acción.
 
Acuerda: el Arte es sublime y los cuerpos limitados.
Entrena cada día tu cuerpo visible, 
ponte a componer para que el cuerpo invisible comunique [o deja ver]
tu idea poética del mundo.
 
Rechaza lo que es imperfecto, cargado de prejuicios y memoria incorrecta, rechaza lo que no es orgánico.
 
No confundas creatividad con las sensaciones.
 
Cada uno tiene que encontrar su método:
pues encuéntralo,
ya,
trabaja  cada día hacia él,
y, cuando empieces a tener una idea posible de método, invita a los demás a trabajar contigo, compártelo; si es algo que no es posible compartir, comunicar, pues déjalo y vuelve al estudio y empieza otra vez.
Sólo llegamos a entender nuestros errores si tenemos un método de procedimiento.
 
La “sabiduría del método” nos da el saber de cómo se hacen las cosas. El método nos permite disfrutar conscientemente de lo que estamos creando. Nos permite hacer y des-hacer, estar en él o abandonarlo.
 
Un método debe ser orgánico para que sea creativo, como el cuerpo. El fenómeno orgánico aparece a través de la creatividad artística.
 
No confunda nunca investigación con la creación.
Una cosa es buscar para crear/componer, y otra investigar para entendernos y entender el entorno/los demás.
 
A los demás hay que regalar obras, por eso trabajas, las investigaciones son herramientas de la búsqueda, que no siempre podemos limitar en la duración de una sola obra.
 
Como en el baile, anúlate:
estar abierto significa antes haberte llenado mucho al igual que estar vacío.
 
Con las causa de los movimientos creas, y con los efectos comunicas, no confundas causa y efecto.
 
El movimiento no es importante, el uso que haces de él sí que lo es, utilízalo con sabiduría y generosidad.
 
Serás dueño de tu arte cuando llegaras a tener total libertad para componer:
el cuerpo es la Memoria más poderosa que tenemos.
 
Seas culto, la cultura limita los miedos.
Enfréntate a tu ignorancia: si sabes dónde estas, siempre podrás adelantar.
 
El primero objeto del estudio de una composición es peso y dirección del movimiento.
Debes ir más allá de la función de los movimientos,
aprender los movimientos por lo que son y no por lo que sirven.
Éste es tu objetivo.
 
Acabada tu practica diaria, muévete y haz de ti una obra de arte.

[Moreno Bernardi]

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