Se abre una puerta
Unos pies que caminan
Se oye un sonido
Aprender a usar la lengua, su riqueza lingüística
Organizar las palabras con significados comunes, generales y propios
Desarrollar la capacidad de aprendizaje más allá de lo establecido
Porque los límites deben de ser propios no culturales
Saber que más allá de todo aquello que se formula,
Puede haber la conciencia abierta para aprender
Para matizar y profundizar en la belleza de lo que nos motiva
De aquello que nos alegra y nos entristece
Para todo aquello que, quizá, no seamos capaces de afrontar
Más allá de los límites personales existe el trabajo, la dedicación y la constancia
La lucha con uno mismo para superar barreras, para aprender que no todo es sencillo
De hecho, no hay nada sencillo, todo nace en la superación del propio yo,
De mis medios, mis inquietudes, mi valentía y mi temor.
Así, con fuerza y perseverancia, llegaremos quizá, algún día
Al dominio de una parte de nuestro cuerpo. Para no dejar huella al azar.
Aprender a dominar mi cuerpo, el cuerpo artístico, con práctica y trabajo.
¿Bonito parecer y no ser, por qué fingir? Simplemente mejor dejar todo aquello que traba
y empezar el camino del aprendizaje sin fin. La honestidad y la inquietud.
Música, pizarra, en el intervalo de tiempo en qué una mano movía la tiza,
desarrollo de un sin fin de líneas, curvas, redondas, triángulos,
expresiones de un cuerpo sonoro a un cuerpo material,
Moreno trazando recorridos. Nosotros, con la mano puesta en la libreta, copiando.
A los ojos de una niña que le gusta el cuento de las zapatillas rojas, con el sentido de una chiquilla que conoce un país, esperando ser entendida y comprendida. Adopta ése lugar como suyo, se enamora. Debe de marchar y dejar sus recuerdos, crece. Algo dentro de ella le recuerda que no es de aquí. Geográficamente sí, pero piensa en ese olor, de lugar salvaje, paradisíaco, de bondad, de gente humana y pobre a la vez. Habla de ello siempre, a menudo como carta de presentación. Estudia, aprende, con el fin de volver algún día a lo que aprecia y valora como casa. Toma clases, se topa con Moreno Bernardi, le habla de las lenguas, el cuerpo artístico, el estudio, el rigor, recuerda de nuevo su estancia en aquél lugar. Su lugar. Secuencia de movimiento que hacen pensar en algo recobrado o pensado de nuevo, el tiempo. El tiempo de permanencia allí. Y, de repente, recuerda, rememoriza, y reconoce que aquellos niños, silvestres, del Brasil, pobres, le cautivaron por su belleza corporal. Niños con carencias intelectuales, económicas, familiares, pero con algo innato, la belleza de su cuerpo. Cuerpos que son de calle pero viven en la más absoluta belleza de su ser. Roban, buscan comida, se drogan y después, bailan. Se relacionan los unos con los otros a través del movimiento. De su capacidad de escucha corporal. Una cadera, una pierna, un brazo y esos ojos negros, la pequeña mulata que se movía al son de la voz de su hermano, en un descanso entre robo y robo. ¿Pobreza extrema o arte?
La soledad de alguien, de un individuo frente al trabajo
La capacidad de desarrollar algo más allá de lo común
Pero que busca en cierta forma el análisis de lo común
Para entender y analizar técnicamente lo que hacemos,
El ser humano como traba de uno mismo,
Con sus incapacidades, con sus virtudes
Sin explorarse a si mismo ni a los demás
De repente, algo cambia, una persona te abre las puertas
Como Alicia en el País de las Maravillas,
Y ser niña otra vez,
Vivir lo desconocido y, a la vez tan familiar,
Una búsqueda constante para entender y lograr
Lograr, un sitio para uno y los demás
Entender el rol y la posición en el espacio
Su trayecto y su andar,
El andar propio biográfico o no que nos permite,
A su vez, especificarnos como lo que somos,
Lo que queremos y lo que debemos.
Analizar todo esto partiendo de alguien que te enseña
Y te guía en la descubierta de la ignorancia
¿Bueno, malo? Sin medallitas ni autoflagelaciones
Todo tiene un proceso y no debemos ser avariciosos con el resultado
Todo se andará, a su debido tiempo y gracias a la técnica.
Descubrir la soledad del trabajo y del camino
Y aprender a estar con uno mismo, y quererse.
[Monica Portillo]
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